La tendencia a la felicidad depende del tamaño de una pequeña estructura alojada en el centro del cerebro, según un estudio realizado por investigadores del Instituto Douglas de Montreal, Canadá. Este descubrimiento abre el camino a una detección más rápida de algunas enfermedades mentales, según los artífices de la investigación.

La zona en cuestión es el núcleo caudado, pequeña zona oculta bajo el córtex, en el centro del cerebro, que forma parte de un conjunto llamado ganglios basales.

El núcleo caudado es muy importante en la iniciación de los movimientos voluntarios y en el sistema que le permite a las personas aprender los comportamientos que les procuran placer.

¿Y qué es lo que encontraron los canadienses? Que esta zona del cerebro que aporta felicidad es más pequeña de lo normal en las personas que presentan un nivel elevado de un trastorno que se caracteriza por la incapacidad de experimentar placer.

Se trata de la anhedonia, que provoca la pérdida de interés y hasta la aptitud de sentir satisfacción en cualquier cosa que se haga. Los expertos la consideran un síntoma claro de depresión aguda y de esquizofrenia, no porque la depresión la provoque, sino por el efecto contrario: porque al no poder sentir placer y disfrutar de las emociones positivas, las personas se deprimen.

Hasta ahora, los criterios generales para identificar la presencia de anhedonia en alguien era analizar su insatisfacción constante respecto de sus capacidades y logros, sus relaciones interpersonales. Con el nuevo descubrimiento es posible un diagnóstico más certero de ciertos tipos de depresión e incluso de detectarla precozmente.

Los científicos analizaron a 29 voluntarios que nunca había sufrido ningún trastorno mental; y para asegurarse, los expertos les realizaron cuestionarios que permitieron hallar y cuantificar cualquier forma de anhedonia.

Paralelamente, se le hizo a cada voluntario una resonancia magnética de la estructura y funcionamiento del cerebro, a las cuales le siguieron las comparaciones: grados de anhedonia, volumen cerebral y actividad cerebral.

Y fue entonces cuando se logró identificar que el volumen del núcleo caudado es más chico en aquellos que tienen algún grado de anhedonio o incapacidad de experimentar placer y satisfacción.

Los investigadores del Instituto Douglas aclaran que ya antes se habían identificado otras regiones en las que el aumento de la actividad cerebral se vinculaba con una anhedonia mayor.

"Este descubrimiento es parecido al de estudios anteriores que demuestran un vínculo entre la actividad cerebral y la depresión, lo que confirma la validez de nuestro paradigma experimental -explica Martin Lepage, psiquiatra de la Universidad McGill de Canadá-. Creemos que estas medidas de actividad y del volumen cerebral son marcadores biológicos fiables para la anhedonia y para el diagnóstico precoz de otras enfermedades mentales."

Con estos resultados en la mano, los expertos esperan poder desarrollar métoods para detecar precozmente tanto la depresión aguda como la esquizofrenia.